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Por Erika Mo
Fotos David Aranda

Un verdadero conciertazo fue el que ofreció el pasado 11 de diciembre una de las agrupaciones más respetadas y emblemáticas del rock mexicano. Fue en punto de las 20 hrs. cuando en las pantallas ubicadas dentro y fuera de la carpa, se anunciaba que La Maldita estaba a nada de comenzar, y así fue.

Ante una carpa a reventar (más de tres mil personas) varios asistentes tuvieron que presenciar el concierto desde afuera, los músicos subieron al escenario junto con el conocido vocalista Roco, quien le dio la bienvenida a los fans que no dejaban de gritar eufóricos al escuchar cada palabra que éste decía.

Aunque el motivo del evento fue el 25° aniversario del lanzamiento de El circo, segunda producción de la banda, Rocco avisó que primero habría un bloque con canciones de otras producciones antes de tocar el disco que todos esperaban, el baile comenzó con Bailando, una de las primeras canciones de la banda, incluida en el disco homónimo lanzado en 1989, efectivamente todos comenzaron a bailar.

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“Fiesta de la calle, música del barrio” Con esta introducción dio paso una rola más reciente             Quinto patio Ska, cabe mencionar que entre canción y canción Roco daba mensajes de reflexión y conciencia de acuerdo al tema tratado en cada melodía, por ejemplo, al inicio de Mujer habló de la importancia de erradicar la violencia en contra de ésta, así como de protegerse entre todas.

Llegó el momento de, en voz de Roco, “Celebrar la paz y el baile. Este es un homenaje a nuestros ancestros, una ceremonia a estos”, inmediatamente después de estas palabras, comenzó dicha ceremonia en la que todos los asistentes se limpiaron de las malas energías. Una vez “limpios” todos, sonaron los primeros acordes de Ya lo pasado, pasado. Los asistentes la corearon de principio a fin. Continuaron con Los agachados y El tieso y la negra Soledad, en ésta subieron a bailar al escenario los hijos de todos los integrantes de la maldita, junto con la esposa de Roco, la cantante chilena Moyenei Valdés, quien entonó algunos versos al final de la canción.

Continuaron con dos rolas del tercer disco Baile de máscaras: No les creo nada, dedicada a los medios de comunicación masiva y a los políticos, y Don palabras, de las más cantadas en todo el primer bloque; éste lo cerraron con Cocodrilo, dedicada a los cantantes, actores y artistas en general, que tanto color y vida le han heredado a nuestro país. Al término de esta canción, dieron paso al intermedio.

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Todos sabían que sería un gran concierto la presentación de El circo después de 25 años de ser lanzado, pero no imaginaban la fiesta que se armaría, ni el tremendo show que La maldita tenía preparado para todos aquellos que se dieron cita el domingo: niños, jóvenes, adultos, ancianos, músicos (por ahí andaba el mismísimo Paco Huidobro), actores…todos disfrutaron la fiesta.

Después de dos llamadas para el show, un pequeño presentador de circo apareció en el escenario para hacer entrega de un disco de platino a la banda por las más de dos millones de copias vendidas de El circo. Roco agradeció el regalo, y mencionó que no sólo era de ellos, sino de todos aquellos que han apoyado a la maldita desde siempre. Ahora sí, comenzaba el motivo del concierto.

En orden del disco, abrieron con Pachuco, la carpa entera retumbó con el baile de todos los seguidores, después el escenario se tiñó de rojo para dar paso a  Poco de sangre, dedicada a la gente de la calle, por momentos la voz de Roco se perdía entre la del público que cantaba a todo lo que da; el canto siguió con Toño, dedicada a todos los artistas callejeros que día a día se ganan por medio del arte la vida.

Una vez que Toño terminó, los músicos salieron del escenario, y entró un faquir, quien durante algunos minutos presentó ejercicios de resistencia como cargar un bloque con las orejas o introducirse un largo cuchillo por la boca, la carpa entera estaba atenta a este interesante acto, una vez que éste terminó, los gritos de emoción no se hicieron esperar, todos sabían que Solín venía en camino, sin duda fue la canción más ovacionada de toda la noche. Cuatro artistas del fuego distribuidos en la carpa, acompañaron toda la canción.

Dos candiles, el anuncio de ‘Kumbala Bar’, una artista de danza aérea en aro, dos parejas bailando danzón y una iluminación roja, formaron el escenario perfecto para Kumbala, que se extendió algunos minutos por el espectáculo que la artista y los bailarines daban. El público no cabía de la emoción. La nostalgia se apoderó de todos aquellos que 25 años atrás habían vivido esta canción.

El ambiente circense no terminaba, y Un gran circo invitó nuevamente a varios artistas al escenario: en zancos, una contorsionista, artistas del fuego, malabaristas…Entre el mensaje de conciencia de la canción y el artístico, se armó un verdadero carnaval. Ya con un tono más tranquilo, llegaron las últimas canciones: Pata de perro, Crudelia, Mare, Otra Querida.

Aunque Roco llevó la batuta durante toda la noche, los otros tres integrantes que han estado desde el inicio con la maldita también le pusieron su tono en varias canciones: Sax con su impecable manejo del saxofón, nos remitió al pasado con cada sonido que de éste emitía; Pato y Aldo  no dejaban de bailar, corear y darle el ambiente festivo a tan alegre celebración. Indudablemente fue un conciertazo el vivido el pasado domingo, en el que la nostalgia, la conciencia, el arte, el baile y la hermandad se hicieron presentes.

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