Por: Ariel Rodríguez «Brit»
Fotos: Christian Espino

El día domingo la Carpa Doritos recibió a una verdadera leyenda, Marky Ramone y su banda darían un gran demostración de que el punk no ha muerto. Para muchos de los presentes era lo más cercano a un concierto de Los Ramones y por ello soportaron la casi media hora de retraso en la presentación.

Diversas generaciones se dieron a la tarea de llenar la carpa, demostrando que ésta le quedó chica a Marky, quien para dar inicio a su participación dedicó su show a Chuk Berry, quien falleciera el fin de semana.

El grito de “Hey ho, let´s go” daba paso a un gran show llenó de viejos éxitos que pusieron a gritar y brincar a un público que derrochó energía. “Rockaway beach”, “Teenage Lobotomy” y “Sheena is a Punk Rocker” convirtieron parte de la carpa en una zona de slam, en un verdadero concierto punk, con rolas rápidas y energéticas.

“I wanna de sedated”, “Rock ’N’ Roll High School”, “Judy is a punk” no podían faltar en el setlist, y qué decir de las versiones que ofrecieron de “Surfin’ Bird” y “What a Wonderful World”, obviamente al más puro estilo punk.

Pero no podía faltar la mítica “Blitzkrieg bop” y de nuevo miles de voces gritaron el “Hey ho, let´s go”, desatando la euforia entre el público que a brincos, golpes y bailes derrochaba energía al poder ver a una leyenda como Marky.

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