Como parte del festejo de las tres décadas de existencia de la banda tapatía Rostros Ocultos, el guitarrista Arturo Ybarra publicó su primer libro que lleva por título “Mi Vida en 6 Cuerdas: Memorias de un Rostro Oculto”, mismo que presentó en la pasada edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y donde narra una historia llena de persistencia y resistencia de la agrupación creadora de grandes clásicos como “El final”, “Abre tu corazón” y “El loco que un día te amo”, entre otros.
Aunque no se pretende que sea un libro autobiográfico, si es un legado importante para la historia del rock en México. Son ya más de 30 años de una travesía llena de aventuras y vivencias, donde el lector disfrutará de este recorrido a lo largo de su ágil lectura. Desde sus inicios con Mask pasando por Montana hasta desembocar por Rostros Ocultos y otros cuantos proyectos más, el leyente se irá adentrando a las diferentes facetas del músico jalisciense.
El rock mexicano tiene una historia fascinante. Este libro se adentra en ella desde la perspectiva de una de las voces que ayudaron a escribirla y recupera la memoria de los contratiempos y las dificultades que sortearon los protagonistas para hacer realidad el difícil sueño de ser músico. Asimismo, esta obra no es sólo el recuento de la vida de un músico de rock, es también una exploración de la transformación radical de la industria musical en nuestro país y un testimonio del esfuerzo que costó hacer rock cantando en nuestro idioma.
Rostros Ocultos pertenece a la generación de los ochentas, en donde se pensaba que pertenecer o formar parte de una banda de rock era una promesa a largo plazo. En aquel tiempo, el rock en español era sólo una quimera. Parecía que abrazar esta carrera iba en contracorriente y ahora, a varios años de distancia, el público ha colocado a la banda dentro de la historia del Rock en tu Idioma, y donde la música de Rostros ha sobrevivido a los distintos formatos como lo es el acetato, el casete, el CD, la música comprimida (MP3) y las plataformas digitales.
A pesar de todas estas modas y tendencias, así como de los embates que ha sufrido la industria musical, Rostros Ocultos sigue tocando para distintas generaciones, quienes se han encargado de pasar la estafeta, como una melodía, que no ha sido olvidada ni abandonada.
Sólo se necesitan 6 cuerdas tensadas de una manera prodigiosa para producir los acordes que darán la armonía perfecta para acompañar la historias que han hecho vibrar el corazón de quienes escuchen por primera vez una canción terminada y se apropie de ella, de manera que pase a ser de su propiedad, que sea su “soundtrack” de vida, y que al mismo tiempo le dará el toque inmortal que le permitirá permanecer en el tiempo y el espacio, en la memoria colectiva de la gente, vibrando como lo hacen las 6 cuerdas de una guitarra en las manos de un músico apasionado.
La historia de Rostros Ocultos es un relato que surge de las entrañas del rock tapatío y que ahora a más de 30 años de vida, es un registro que brota a la luz y que se acompaña de la leyenda de los grupos más significativos del rock hecho en México.
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