Batallas en el misterio

Exposición de Reynaldo Velázquez Zebadúa

*Inauguración: jueves 2 de junio de 2016, 19:00 hrs.

**Curaduría: Alfredo Matus

***En el marco del 29 Festival Internacional por la Diversidad Sexual (FIDS)

****Museo Universitario del Chopo, Galería Arnold Belkin

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Batallas en el misterio es una exposición (retrospectiva) del artista Reynaldo Velázquez Zebadúa, integrada por más de 30 esculturas en madera y una amplia selección de placas de grabado. Algunas de ellas se exhiben por primera vez. La muestra es parte de las actividades del 29 Festival Internacional por la Diversidad Sexual (FIDS).

El trabajo del autor destaca por el alto grado de detalle y destreza con el cual talla, en diferentes tipos de maderas, figuras inspiradas en la anatomía y el movimiento del cuerpo masculino.

A manera de recorrido metafórico sobre diversos estados y etapas del ciclo de vida humano, la muestra explora los impulsos creativos e intelectivos de Reynaldo Velázquez. Los ejes nodales son, por un lado, la búsqueda y encantamiento en torno al conocimiento erudito y artístico de la primera modernidad occidental; y por el otro, un cuestionamiento simbólico de la seducción que produce en nuestra psique la forma volumétrica y figurativa humana, como detonante del deseo y como evidencia de la eterna inclinación que tenemos tanto por el eros como por el thánatos.

Temas en la obra de Velázquez Zabadúa

Las esculturas de Reynaldo Velázquez representan seres contorsionados, retraídos, desahuciados y despojados deliberadamente de sus ropas y cabello; se encuentran desnudos y extraviados bajo una condición de humillación pública. Esta característica no representa la sublimación de una belleza universal. Al contrario, estos individuos vulnerables son reservorios que ejemplifican la vileza que puede alcanzar el ser humano, apunta Alfredo Matus.

El artista no intenta apelar a la piedad ni caridad de los espectadores; el propósito es confrontarlo con su propia arrogancia que propicia condiciones de despojo, de diversas maneras, hacia sus semejantes; se trata de evidenciar ese afán por diluir el valor de un sujeto por ser distinto.

La exposición de sus esculturas se torna en un ritual cercano al espectáculo circense: se trata de un evento que detona la fetichización del deseo, es decir, surge la atracción hacia el cuerpo de un sujeto para poseerlo y liberarlo, aunque sea simbólicamente. Hay un goce socialmente restringido; de modo simultáneo despierta una fascinación oculta por presenciar y en ocasiones disfrutar, el dolor y la tragedia ajena, frente a la cual procuramos levantar una barrera.

Ambos casos, estima el curador, representan un acto de poder y un ejercicio de control, así como un distanciamiento simbólico de algo amenazante. ¿Qué puede ser aquello amenazante? No sólo la miseria o el abandono, también aquello que por ser aparentemente ajeno, es desconocido o diferente.

Velázquez Zebadúa no se mantiene al margen de este fenómeno; se considera un individuo que en el acto creativo vierte su desasosiego e ímpetu contenidos en la paradójica naturaleza humana: constructor-destructor; piadoso-intransigente; controlador-laxo; egoísta-solidario.

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