Tras meses complicados derivados por la pandemia, los fideicomisos se consolidan como una de las mejores maneras en las que se pueden blindar bienes y operaciones con toda la certeza jurídica para sus participantes.

El Fideicomiso, es un contrato a través del cual se aportan bienes o derechos que podrían ser inmuebles, recursos, muebles, derechos, entre otros para destinarse a determinados fines que acuerden las partes, la Institución Fiduciaria recibe esos bienes y ejecuta los fines apegándose única y exclusivamente a lo pactado en el Fideicomiso.

Los esquemas de Fideicomisos, están dirigidos a personas morales y físicas con perfil empresarial y puede ser versátil para diferentes fines, tras la pandemia y las consecuencias económicas que ha dejado, este tipo de contratos han sido de gran utilidad para sus clientes para realizar planeaciones patrimoniales testamentarias, esquemas asociativos para desarrollar inmuebles, dar garantía necesaria para acceder a créditos y contratar deudas, funcionar como vehículo de acreditamiento, entre otros.

Estas herramientas financieras han ido de manera creciente en el mundo de los negocios, al grado de emplearse actualmente como una garantía en operaciones de crédito, remplazando con grandes ventajas a las garantías reales como las hipotecas.

Algunas de sus particularidades es que ciertos Fideicomiso estructurados bajos los supuestos de ley, ofrece beneficios fiscales como estar exentos del pago de ISR o el Impuesto Sobre Traslado de Dominio.

Actualmente Banco Inmobiliario Mexicano, tiene en su cartera más de 33 mil millones de pesos de activos administrados en fideicomisos lo que posiciona a  BIM entre los 20 bancos fiduciarios más importantes del país.