Por: Ariel Rodríguez “Brit”
Fotos: César Vicuña / Cortesía
No cabe duda que la nostalgia es un arma que vende y vende bien. Si no lo creen sólo falta ver la buena entrada que registró Rock en tu Idioma Sinfónico el pasado sábado en el Palacio de los Deportes.
El proyecto comandado por Sabo Romo sigue en pie, y ahora en su segunda versión, revive otra tanda de viejos éxitos lanzados en los 80’s y 90’s con la novedad de arreglos sinfónicos.
La velada dio inicio con “Mátenme porque me muero”, original de Caifanes, canción que fue interpretada por Sabo Romo, Jorge “Chiquis” Amaro, Arturo Ybarra y Gabriel “Gasú” Siqueiros, quienes conforman la banda encargada de acompañar todos y cada uno de los éxitos del proyecto.
El primer invitado en llegar fue Leoncio “Bon” Lara, otrora líder de Bon y los enemigos del silencio, quien se encargó de interpretar el tema “Voy a buscar”. Se notó que esta no era de las canciones predilectas de los asistentes pues pasó sin pena ni gloria o tal vez aún era temprano y se estaban guardando la energía para después.
Sergio Sanatacruz y Humberto Calderón integrantes de Neón, se hicieron presentes para interpretar el gran hit de su banda, “Juegos de amor” y hacer corear a todos con el viejo éxito de Miguel Mateos, “Es tan fácil romper un corazón”.
No podía faltar el momento romántico y ese llegó de la mano de Kass, vocalista de Los Amantes de Lola, y gran éxito “Beber de tu sangre”, la cual a mi parecer, fue la primera rola cantada a todo pulmón por la mayoría del público.
Llegó el turno de subir el volumen y disfrutar de todo un clásico de los ochentas, “Alármala de tos” en voz del ex botello Sergio Arau, sonó excelente y levanto el ánimo del público que a partir de este momento comenzó a despertar.
La aparición de Cecilia Toussaint fue un gran momento, ella es sin duda una de las grandes figuras femeninas de nuestro rock y demostró que su potente voz sigue intacta al interpretar “Kumbala” de La Maldita Vecindad; cabe destacar que su participación es de las pocas que realmente suenan sinfónicas, casi todas se pierden en el sonido dado por las guitarras, bajos y batería.
Directamente desde España llegó Javier Urruchuga, quien funge como vocalista de la Orquesta Mondragón, quien se hizo cargo de “Corazón de Neón”. No podía faltar un poco de sangre más joven y esta vino de la mano de la bella María Barracuda quien cantó dos grandes clásicos como son “Bolero Falaz” de Aterciopelados y “Ni tu ni nadie” de Alaska y Dinarama, con esta última muchas personas se pusieron de pie y se movieron al ritmo de la rola.
Un viejo conocido de la escena, Piro Pendás, no podía faltar en esta fiesta y se rifó un viejo éxito de su banda Ritmo Peligroso, “Marielito”, para en seguida deleitar a todos con “Lobo hombre en Paris” el gran hit de La Unión y en el cual se le sumó la voz de Leonardo de Lozanne.
Leonardo inmediatamente arrancó los gritos de las damas presentes e hizo suyo el escenario brindando “La Muralla” de Los Enanitos Verdes y “El Diablo” un clásico de su banda Fobia.
Se venía la mejor parte del concierto y fue cuando entendí que el público, en su mayoría cuarentones, guardaran su energía para darlo todo con los últimos invitados. Lino Nava y Héctor Quijada integrantes de La Lupita pusieron el ritmo con “Paquita Disco”.
En una fiesta de esta índole no se puede dejar fuera a La Cuca y en su representación José Fors puso a cantar a todos con “El Son del Dolor”. A partir de aquí todo fue desmadre y baile pues El Gran Silencio llegó a la casa y lo hizo con “Dormir Soñando”, tema que hizo mover las caderas y los pies a muchos.
Cala se hizo presente con “El Final”, el recordado tema de Rostros Ocultos, si el mismo que corean los tíos borrachos en las bodas. El mejor desmadre se tenía que guardar para cerrar como se debe y es por ello que Las Víctimas del Dr. Cerebro se hicieron presentes para hacernos mover “El Esqueleto” y prender de gran forma a un público que rememoró viejos tiempos.
No podían terminarse una fiesta de rock en español sin mencionar al gran Cerati y es por ello que todos los invitados de la noche, quienes fueron acompañados por la Camareta Metropolitana y el Coro Euterpe, se unieron para interpretar “Cuando pase el temblor”. Dando así fin a una noche llena de viejos éxitos, demostrando que la nostalgia es una arma que vende muy bien.