Por: Maggs L Granados

Esta vez comienzo con una reflexión personal: qué difícil resulta escribir sobre una banda que crees conocer y sobre todo, que has visto su paso por el difícil y vertiginoso camino del ska.

La noche del domingo 12 abril nos dimos cita en el Lunario del Auditorio Nacional, para ser testigos de un lleno total por parte de La Poderosa e Indestructible Royal Club, banda que, según mis cuentas y recuerdos, aún no cumple los 30 años de trayectoria, aunque sí estaría muy cerca de los 25. Mis cuentas surgen de haber visto a “La Matatena” en el extinto Rayo un domingo 14 de marzo de 1999 y en ese momento Rafael Montoya, actual vocalista de Royal Club, era el vocalista principal de “La Matatena”, venían presentando el disco “Emulsión de Skape”, básico e indispensable en la colección de los amantes del ska hecho en México. Así que desde aquí digo, a veces resulta imposible hablar de Royal Club sin hablar de “La Matatena”. Probablemente se trate de los 30 años de Rafa en este viaje musical, mismos que quiso hacer extensivos a su banda.

Lo primero que pudimos comprobar, es que el lugar estaba abarrotado por sus fieles seguidores, no encontrabas un espacio para acomodarte y grabar o tomar fotos, le ibas a tener que entrar sí o sí al slam y a los empujones sin duda. Todos portando sus playeras de La Royal como muchos los llaman, ondeando sus banderas, cargando a sus pequeños que también se dieron cita, todos haciendo el aguante desde muy temprano para alcanzar el mejor lugar y disfrutar también de las dos bandas teloneras: Circo Aborigen (orgullosa banda del norte.

Y así, con un poético texto proyectado en video y leído por una voz femenina, Royal Club dio inicio a su celebración “El Umbral de lo Eterno”, dejando claro que el camino no ha sido fácil y que todo lo que quedará para el final de los tiempos, será su música. Acto seguido entra la banda completa al escenario para su “apertura” de XXX años, acompañada de los gritos y la euforia de la gente. “Buenas noches compañeros, cómo están”, serían las primeras palabras de Rafa para su público y a la voz de “arriba las manos” el teclado nos anunciaría que el momento de “Su Majestad” había llegado, acompañada del canto y el vaivén de los brazos de todos los presentes, las cámaras de cientos de celulares capturarían este momento para escuchar “Bienvenidos a la máxima celebración” y así explotar finalmente la antaña pero poderosa rola. La piel se me erizó de sólo escuchar las palmas, el canto y los gritos de todos los ahí presentes.

Después vendrían una serie de canciones que llevarían al público al límite del canto, del slam y de la euforia. “Un Lugar”, “Perdiendo la Razón”, “Caer”, “Muerte de mi Alma”, “Quiero Saber”, “Tu Mirar”, “Cenizas”, todas y cada una de ellas de su etapa como Royal Club y todas aclamadas por la gente. Con un vídeo de fondo del slam en diferentes “tocadas”, llegaría el turno de “Ste Ska”, rola clásica del disco antes citado “Emulsión de Skape”, que daría un notario cambio a las notas previamente escuchadas. De inmediato vendría una pequeña pausa que daría paso a la proyección del vídeo de su más reciente rola “Resistencia”, estrenada hace poco y en la cual participan Dr. Shenka y Misael Oseguera del Panteón Rococó, una lástima que no sonora esa noche en vivo, creo que no miento cuando digo que todos lo esperaban.

El segundo bloque musical nos presentaría más rolas súper queridas como fueron: “Vuelve”, “Dolor”, “Debe Ser”, “Grita Fuerte”, “Temo Decirte”, “Suda mi Cuerpo”, “Sollozo”, “Frenesí” y “Gusanos”, todas y cada una de ellas acompañadas de vídeos con fotografías en primer plano de todos los miembros de Royal (una canción por integrante y una de todos juntos), situación que me hizo sentir como en fiesta de XV años, donde en diferentes momentos se proyectan vídeos con recuerdos importantes de la festejada, pero el hecho aquí, fue que ni siquiera eran momentos para recordar, eran fotos que a mi parecer fueron tomadas para hacer lucir a cada persona y perdón, ellos acostumbran lucirse en el escenario ejecutando de maravilla su instrumento, estos vídeos estaban de sobra y no estoy segura de si la gente los vio y estaban sumamente concentrados en cantar y bailar.

Una segunda pausa llegaría, primero para un cambio de vestuario y segundo para un bloque “acústico”, situaciones que también consideré innecesarias. Y no es que el vestuario no sea importante, pero para una banda como lo es Royal Club, lo más importante es su música y su cercanía y conexión con la gente, creo que no aportaba un valor extra la ropa y del set acústico, bueno, tocar por segunda vez “Su Majestad” no era necesario, si bien ya tenían preparada esa sorpresa de tocarla en acústico, para qué abrir con ella, no lo comprendí.

Finalmente llegaría la tercera y última pausa, esta vez para proyectar un vídeo con texto y audio en agradecimiento a todos los que forman parte, apoyan y han compartido con la banda y para presentar a Misael Oseguera (saxofonista de Panteón Rococó) quien los acompañaría el resto de la noche, haciendo gala de lo que sabe hacer muy bien. Las canciones siguieron sonando, “Mexican Gangsters”, “Mediocres”, “No Volverás”, “Cloacas”, “Triste Saber”, “Rodney”, “Mujer Ska” momento en que Rafa invitó a todas las mujeres presentes a unirse en un mismo baile donde nadie las molestara.

Finalmente sonó “No Hemos Muerto”, una de las rolas que me parece más representativa de esta esta banda y de su
trayectoria y sobre todo, una excelente elección para el cierre de su evento.

Es probable que peque de impertinente, pero debo decir que si bien las características principales de Royal Club sí son: fuerza, corazón y resistencia, no me cabe la menor duda, que muchas de sus canciones en su base suenan a lo mismo, y aunque es innegable que al público le encanta lo que hacen y los seguirán a donde quiera que vayan, la gente también ama ese sonido “antaño” de las rolas del demo “Su Majestad” y del disco Emulsión de Skape cuando Rafael Montoya nos deleitaba incluso tocando el acordeón. Ojalá se sigan reinventando día a día y apoyados en esa fuerza y resistencia, nos regalen más música nueva y fresca, la calidad y la capacidad las tienen.