Por: Maggs Granados
Fotos: OCESA / Liliana Estrada 

Me resulta bastante interesante cómo pasamos de los tiempos del extinto Rockotitlán o el Centro Cívico de Ecatepec, al Teatro Metropólitan en un abrir y cerrar de ojos. Fue así como la noche del sábado 23 de noviembre se darían cita los fanáticos del rock mexicano de finales de los 80’s y principios de los 90’s, para disfrutar de dos bandas tapatías infaltables en esta historia: Rostros Ocultos y Cuca.

Siempre me gusta resaltar que el show que disfrutamos esa noche, fue para todo público. Pude observar llegar a familias enteras al teatro: niños, niñas, papás, mamás, adolescentes e incluso algunas personas mayores, es fabuloso el poder de convocatorio de la música.

Los primeros en pisar el escenario fueron los cumpleañeros de Rostros Ocultos, quienes justo se encuentran celebrando 38 años de carrera y qué mejor manera que alineando a 04 de los 05 integrantes originales de aquel 1987 del álbum Disparado: Agustín Cala de Villa Rojas (voz), Arturo Ybarra Matus (guitarra), Andrés Franco (teclados) y Ernesto Bola Domene (batería), el bajista actual es Alfonso Martínez.

Sin mucho preámbulo les puedo decir que Cala dejó muy claro por qué es un excelente frontman. En todo momento el público se dejó llevar por la banda y por cada rola. Incluso pudimos ser testigos de la entrega de la guitarra autografiada por ambas bandas que fue objeto de una rifa. A la fecha y después de tantos años, me parece impresionante lo impecable que suena la voz de Cala, cómo llenaba todo el teatro y como cada canción sonaba como la primera vez. Entre lo que pudimos disfrutar estuvieron: «El Último Adiós», «Abre Tu Corazón», «Tiempo de Cambiar» y obviamente, la infaltable «El Final».

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Después de poco más de una hora rock ochentero, llego el momento de dar paso a los tapatíos noventeros, esos obviamente serían Cuca, cuarteto conformado por: José Fors en la voz, Carlos Aviléz en el bajo, Nacho González (Implacable) en la batería y Alejandro Otaola en la guitarra y por esta noche como invitado, Omar Ramírez en los teclados. Juntos nos regalaron un recorrido de puros éxitos que no permitió que los fans se sentaron ni un momento.

Con un Jose Fors de cabello azul y atuendo obviamente negro y desenfado, el recorrido musical inició con «Todo con Exceso», así como sería la noche, llena de excesos musicales. De mis favoritas le siguió «Electroshock» y «Qué Chingaos», qué manera de iniciar. “Vamos a ver qué chingaos pasó con la pinche Caperucita Roja dijo Fors”.
Después vendría a mi memoria con los primeros acordes de Hijo del Lechero, “lero, lero, hijo del lechero” pero qué fiestota se vivía. La Venganza de «Cucamonga se hizo presente con «Arre Lulú» y también tendría una dosis de «Pornoblattea»

Aunque obviamente, los clásicos rifan y dominan y eso se demostró con «Necesito Cirugía». Les juro que no dejé de pensar que justo en mi adolescencia era un poco/bastante complicado escuchar a Cuca, mi mamá hubiera infartado varias veces. Pero como bien es sabido, Cuca es lo más desenfado, divertido e irreverente de esa
época y «Gordibuenas de Con Pelotas» lo demostró.

Saltos abismales dimos entre Pornoblattea con «No Me Digas Que No» y de ahí a «Tu Cuca Madre» que hizo lo suyo con «Mujer Cucaracha». La adrenalina subía y bajaba, pero el ánimo todo el tiempo estuvo hasta arriba. «Más Daño», «Lo Muerto, Acariciando», «Puro Camote», «Cosas Peligrosas», «El Mamón de la Pistola» y «Mátame Antes». Cada canción era acompañada de curiosos gráficos en la pantalla principal y de todo el talento que Fors, Aviléz, implacable y Otaola derramaron por más de una hora.

Acercándonos al final pudimos gozar de: Implacable, que nos remontó a «La Invasión de los Blátidos», para pasar por Alcohol y Rocanrroll y La Pucha Asesina. Momento delicioso fue disfrutar del inicio de «La Balada» en acústico tan sólo con la voz de Jose Fors y la guitarra de Alex Otala, para que a media canción se integrarán Aviléz e Implacable para darle toda la potencia que la rola requiere.

A cada momento quedó de manifiesto que la voz de Fors es y será un deleite. Llegó el turno de mi más favorita «Tu Flor», ligada a «El Son del Dolor», donde un invitado sorpresa los acompañaría a la voz, nada más y nada menos que Jack, hijo de José Fors, quien nos hizo emocionarnos con su energía. El aparente adiós había llegado, pero después de unos momentos de gritos que decían “pizza, pizza, pizza”, regresarían al escenario para regalarnos «Hombre de la Marcha» y la tan solicitada «Cara de Pizza».

Sólo puedo decir que estas bandas treintañeras no le piden absolutamente nada a ninguna otra para seguir apareciendo en las carteleras de los festivales que se cocinan hoy en día. Su calidad musical y vocal es innegable y podrían dar dos que tres cursitos a algunos. Felices casi 35 años Cuca y Muy felices 38 años Rostros
Ocultos. Una rola más y no hubiéramos alcanzado el metro. Hasta la siguiente.

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