Por: Miriam Alavez – @mirindierock
📸: Lulú Urdapilleta – OCESA

Gran velada la que se vivió este sábado en el Auditorio BlackBerry, pues dicho recinto fue el indicado para revivir a un ídolo de la música del indierock – artrock, tratándose nada más y nada menos que de Adán Jodorowsky a.k.a Adanowsky.

La bienvenida al lugar corrió a cargo de ‘Vera Pedro’ y fueron bien recibidos por propios y extraños. En punto de las 9:00 pm las luces del escenario se apagaron para dar paso al gran concierto de Adanowsky.

Entre los fieles seguidores, el talentoso y querido músico chileno, inició su show, el cual ya era completamente soldout.

El setlist que nos tenía preparado era algo que nos emocionaba, pues se esperaban grandes sorpresas en el entarimado de la colonia Condesa. Hay que recordar que la música de Adanowsky es una ventana de mente creativa y que al primer acorde podemos adoptarla en nuestras vidas.

Temas como “El Ídolo”, “Estoy Mal”, “Dancing Radio” fueron momentos de adrenalina pues los fans no paraban de cantar y aplaudir. Las sorpresas comenzaron cuando Adán anunció a su primer invitado de la noche, quién a pesar de la distancia y que gracias a las nuevas tecnologías pudieron realizar una colaboración en vivo y a todo color, estamos hablando de Bandalos Chinos y su gran hit “Departamento”, canción que vio la luz en enero de 2019 y que fue producida por Adanowsky.

La noche continuaba con temas como “Gea Up And Fight”, “Banana Split” y “Amor Café”, tracks que hicieron bailar al público. También contó con la participación de El David Aguilar y juntos interpretaron “Amor de Verano”. Inmediatamente sonó “Machistador” y a mitad de canción subió al escenario Sabino, causando gran euforia y adrenalina por sus grandes rimas de una de sus rolas que se titula “Tibirirí”.

Después de un espectáculo de circo; payasos, enanitos y luchadores, Adanowsky presentó a su siguiente invitada: Daniela Spalla, ambas voces hicieron match para cantar “Niña Roja”, una de los temas más amados por miles de fans.

 Adán Jodorowsky regresó para nunca irse, para hacer más música bonita y para ser muy feliz. La energía y ganas de vivir la vida que nos proyectó fue sumamente contagiosa, sin duda alguna siempre es un deleite ser partícipe de los shows del gran Adanowsky.

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