*Muestra fotográfica en el marco del 45 aniversario del Festival Rock y Ruedas de Avándaro

**Curaduría: Álvaro Vázquez Mantecón

***Inauguración: miércoles 14 de septiembre de 2016, 19:00 hrs.

****Museo Universitario del Chopo

Graciela-Iturbide

En el marco del 45 aniversario de la realización del Festival Rock y Ruedas, llevado a cabo en Avándaro el 11 y 12 de septiembre de 1971, el Museo Universitario del Chopo expone una serie de 56 fotografías de la artista Graciela Iturbide, además de videos y documentos acerca de este evento decisivo en la historia de la contracultura mexicana del siglo XX. Cabe destacar que el material fotográfico se presenta museográficamente por primera vez en 45 años.

Graciela Iturbide inició su trayectoria como fotógrafa en 1971; en ese momento también estudiaba cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Junto a los cineastas Luis Carrión y Jorge Fons registró este festival que los organizadores anunciaban como el evento de rock más importante hasta entonces. Las fotografías obtenidas por Iturbide integraron Avándaro(Editorial Diógenes, 1971), el primer libro que consignó el trabajo de la artista y que contaba con textos de Luis Carrión.

Álvaro Vázquez Mantecón, curador de la exposición, comenta que el festival se realizó en un contexto social muy específico: estaba reciente la represión a los movimientos estudiantiles del 2 de octubre de 1968, y el 10 de junio de 1971. Había surgido una contracultura juvenil que se expresaba intensamente en diversos ámbitos; particularmente los grupos de rock  ya no se conformaban con cantar covers (traducciones al español de las canciones del hit parade estadunidense) y se arriesgaban a componer su propia música, aunque frecuentemente cantada en inglés.

En Avándaro se vieron reflejados gran cantidad de procesos culturales, algunos contradictorios. El evento superó las expectativas de los organizadores y asistentes.

Iturbide retrató la perplejidad de una sociedad que se reconocía por primera vez fuera de los márgenes culturales del nacionalismo, o de una recatada modernidad diseñada por las élites culturales, explica el curador. La artista consolidó las bases de una práctica fotográfica que mantuvo a lo largo de su carrera artística: “observó, con la mezcla necesaria de curiosidad, cercanía distante y poética visual, a una juventud que no se parecía en nada a las generaciones precedentes; por primera vez globalizada y afín a las preocupaciones de los jóvenes de otras latitudes, en busca de un éxtasis liberador”.

En esta serie de imágenes, continúa Vázquez Mantecón, está el origen de una peculiar manera de fotografiar, que surge mediante el diálogo con los personajes y la conciencia compartida entre fotógrafo y retratado; pero que radica, esencialmente, en la decisión de Iturbide de captar las tensiones y contradicciones de una sociedad cambiante.

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