Por: Paulina Sánchez
Fotos: OCESA / José Jorge Carreón
El rey del electro primitivo, volvió a hacer de las suyas. El pasado 27 de junio, el Foro Puebla se transformó en una auténtica cueva del desenfreno gracias a Silverio, ese
ser mitológico que escapó de la capital guerrerense con un solo propósito; ser del CDMX y ahora de cualquier escenario que pise— un terreno fértil para el descontrol electrónico.
Con su inseparable trusa roja y esa actitud irreverente que ya es marca registrada, Silverio convirtió el recinto en un ritual sudoroso de ritmo y locura. El arranque fue incendiario con “Yepa Yepa Yepa”, una pieza que sirvió como el llamado a una pista de baile que no volvería a tener descanso. Desde el primer beat, el público cayó rendido ante ese estilo que él mismo define como “música electrónica de la era de las cavernas”: tosca, brutal, y absolutamente infecciosa.
Durante el espectáculo desfilaron clásicos como “Pulgoso Mix”, “Gorila”, “Bombeando”, “Súper Ídolo” y “Salón de Belleza”, temas que fueron recibidos con euforia y gritos de júbilo por una audiencia dispuesta a perder la compostura. Pero el momento que marcó el clímax absoluto de la noche llegó cuando el infame Grupo Marrano subió al escenario para acompañar a Silverio en una versión desatada de “Porn-Star”, provocando un estallido colectivo de energía y carcajadas.
Con visuales provocadores, beats hipnóticos y esa mezcla de sátira y desenfreno que sólo él sabe ejecutar, Silverio demostró una vez más que sus shows no son conciertos, sino experiencias iniciáticas para los amantes del delirio sonoro. La noche en el Foro Puebla fue una ceremonia pagana al ritmo del caos, el humor y la electrónica más cruda del país.
Y así, con un último grito, una pelvis en constante movimiento y un público extasiado, Silverio se despidió entre aplausos, dejando claro que la trusa roja sigue reinando en la selva del beat mexicano.