Por: Amaury Berdejo
Fotos: OCESA / José Jorga Carreón

Uno de los programas latinoamericanos, consentidos en la región, que se caracteriza por su humor, pegajosas canciones, y un carisma sin igual, arribaron la tarde del 27 de marzo al Auditorio Nacional en la Ciudad de México, se trata de las súper estrellas de peluche: 31 minutos.

Entre los asistentes que abarrotaron el recinto se encontraba un importante porcentaje de niños, fieles seguidores del programa, pero también una amplia mayoría de adultos que durante casi una década han conectado con el programa de televisión ficticio de origen chileno, donde los personajes estelares son Tulio Treviño, Juan Carlos Bodoque, Juanín, Patana, Policarpo y Calcetín con Rombos – Man.

La cita comenzó puntual y el escenario se iluminó con una gran pantalla en el centro del auditorio, donde la música demostró ser el corazón del show y provocó la emoción de todos los asistentes. Poco a poco se revelaría que detrás de la pantalla se encontraba la banda completa de músicos, cantantes y titiriteros que dan vida a este increíble show.

Desde el intro conocido como 31 Minutos, seguido de los temas “La desgracia ajena”,
“Rin raja” y “Tangananica, Tangananá”, el recinto no paró de cantar y bailar al ritmo de los protagonistas de la noche. El show aprovechó la estructura del noticiero para contar la historia de una pizza gigante lanzada desde La Tierra que aterrizaba en el planeta Silurios, lo que causó un contraataque hacia nuestro planeta y una invasión que solo los héroes del show televisivo podían revertir.

Entre cortes, se presentaban una a una las canciones más entrañables del repertorio de la banda: “Señora, devuélvame el balón, o si no, no sé qué haré, Perro chico, Doggy Style y Ríe”.

El show alcanzó su clímax con las canciones más coreadas por la gente: “La señora interesante”, “Lala”, “Son pololos”, llegando a un verdadero estruendo de gritos y aplausos cuando comenzó a sonar “Bailan sin César”.

Por un momento, el equipo se retiró para generar expectativa y volver con un emocionante encore de cierre que incluyó “Mi muñeca me habló”, “Arwrarwrirwrarwro”
y una tierna versión de “El dinosaurio Anacleto”, donde el mismísimo Pedro Peirano, co-creador del show, salió a cantar directamente con su público acompañado del títere del dinosaurio y cambió una frase de la canción para hacer un bello gesto al público de la ciudad de México: «Todavía extrañaba a mis amigos dinosaurios y a los cavernícolas que nos quería cazar, por eso un buen día decidí hacerme chilango, a cambiar la fama por amigos de verdad»

Después de este lindo momento, la banda se despidió a todo pulmón del público mexicano con su himno de intro y despedida: “Yo nunca vi televisión”. De esta forma terminó la segunda fecha de su gira por México (la primera fue en Puebla un par de días antes), augurando un éxito rotundo en su paso por nuestro país.

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