Pablo Alborán comenzó el pasado 26 de mayo en Panamá una nueva gira latinoamericana que se está caracterizando por los continuos llenos en teatros, auditorios y estadios donde va actuando. Tras conquistar las plazas de Panamá, Santo Domingo, Montevideo, las argentinas Córdoba y Rosario, y llenar dos noches consecutivas el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, el cantante malagueño ha llegado a México para ganarse el reconocimiento total del público y también a unos medios de comunicación rendidos a su innegable talento.
Primero fue la apoteosis en Querétaro y a continuación llegó al Auditorio Nacional de México DF, donde también colgó el cartel de ‘No quedan entradas’. Aquellos escenarios fueron como dos ollas de presión de emoción y buenas vibraciones. Y, como viene ocurriendo a lo largo de toda la gira, los asistentes a sendos conciertos vivieron sus momentos de especial emoción. Como ya es habitual, en cada velada Pablo se reserva el derecho a cambiar el orden de las canciones para regalar siempre algo especial a su público. Si en Buenos Aires, por ejemplo, fue un tango compuesto por él mismo titulado Entre un compás, en México Pablo también supo tocar la fibra sensible de los asistentes. Anoche, ante más de 9.400 personas que abarrotaban el Auditorio Nacional, el malagueño hizo suyo el clásico Un viejo amor, de Alfonso Esparza y Adolfo Fernández,una canción que, más que un bolerazo, es todo un himno que han interpretado desde Pedro Vargas a Ana Gabriel. Después, por si fuera poco, invitó a subir al escenario a Carlos Rivera para cantar juntos Tanto. Fue una noche redonda para los afortunados que consiguieron su entrada al concierto.
Para el ‘Tour Terral 2016’ Pablo Alborán renovó totalmente la puesta en escena de sus conciertos incorporando nuevo decorado y efectos de luces. El repertorio se basa por supuesto en los títulos de su último álbum Terral, canciones que el cantante habitualmente alterna con éxitos de sus primeros discos en estudio o canciones más recientes, como Palmeras en la nieve, tema central de la película del mismo nombre. Pero siempre es de esperar que el músico tenga guardado algún as en la manga.
Pablo Alborán está colmando todas las expectativas imaginables en el tramo final de su ‘Tour Terral 2016’. Llegó a América con un equipaje cargado de magníficas canciones y vuelve cargado vivencias inolvidables y todo el cariño y la emoción imaginables. Sólo quedan dos citas pendientes en su agenda en la gira que llega a su fin, las plazas de Tijuana y Mexicali, y allí, como siempre, lo mejor está por llegar.
INFORMACIÓN Y FOTOGRAFÍA CORTESÍA WARNER MUSIC