LA SANTA CECILIA

Por: Christian Espino » James»
Fotos: OCESA / José Jorge Carreón

El pasado sábado, La Santa Cecilia”, se presentó, en el antes Auditorio Blackberry, como parte de su gira,  donde presentan su último material llamado Cuatro copas bohemia en la finca Altozano.

Fue alrededor de las 9 de la noche cuando la banda originaria de los Ángeles, California, salió al escenario, para llenar a todos los asistentes de nostalgia, recuerdos y ganas de mucha fiesta.

Comenzaron los primeros acordes de “Debut y despedida» de Los Ángeles Negros y en ese preciso instante aparece “La Marisoul” ataviada en un precioso vestido rosa; el público la recibe con una ovación y en ese instante comienza una velada memorable.

Si algo de lo que nos podemos sorprender, es de la conexión del público con La Santa Cecilia, a través de la música, de los boleros, el son jarocho, las cumbias, que son sonidos totalmente distinto al reguetón o los corridos tambados, más bien son sonidos clásicos con los cuales las gran mayoría crecimos por culpa de nuestros padres o tíos.

“Sigamos con esas canciones que nos conectan como familia porque eso somos esta noche, una gran familia”, comentó, “Marisoul”. En ese momento comenzó a sonar “Nuestro juramento” de “Julio Jaramillo”; “El Andariego” de “Álvaro Carrillo” y “Poquita fe” de “Bobby Capó”.

La fusión latinoamericana que manejan, aderezada con sus buenas composiciones, la buena selección de clásicos de la música tradicional, y su magnífica voz les ha permitido conquistar el corazón de todo el público que los escucha.

“El Hielo (ICE)”, canción de su propia inspiración, la dedicaron a sus hermanos migrantes, miles y miles de migrantes tanto mexicanos como latinoamericanos, que van a Estados Unidos en busca de una mejor vida (el famoso Sueño Americano).

También sonó “Yo vengo a ofrecer mi corazón” del gran Fito Páez; obviamente no podían faltar la cumbia, que puso a todos a bailar hasta la última grada del BB; con botella de mezcal en mano, repartió, el elixir de los dioses, al público de primera fila, con los que se acercó a bailar, y así brindo con todos los asistentes.

Fue cuando “Marisoul” bajó con el público para interpretar la “Almohada” y después regalar una a capella de “Como Dios manda” fue tal vez el momento más mágico de la noche.

Para terminar la velada con broche de oro qué mejor que interpretar “Un mundo raro”, “Calaverita”, “Quiero verte feliz” y “Ella me enamoró”, donde nos deja a todos con la piel chinita y los sentimientos al borde de las lágrimas o con muchas ganas de un trago en la barra de una cantina.

Se espera, que a finales de este año, salga el nuevo disco de la banda, así que hay que estar,
al pendiente de ellos.

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