Por: Por: Diego Armando Andrés Ponciano
Fotos:  Rodrigo Simas/ Facebook @davematthewsband 

La banda liderada por Dave Matthews eligió a México para ser el país en el que arrancaría la gira de promoción de su álbum Walk Around the Moon, junto con otras fechas en Monterrey y Guadalajara.

Afuera del Auditorio se siente un ambiente bastante tranquilo, hay gente, pero no hay tanto «desmadre», e incluso se observa menos tráfico del normal en este tipo de eventos. Ya entrando al recinto se siente un ambiente «fresa» por así decirlo, largas filas para comprar lo que sea, muchas personas «blancas» con tragos coquetos en lugar de cerveza, y muchas otras hablando en inglés, algunas que sí parecen extranjeros, otros no tanto (no es prejuicio, solo en algunas personas la ascendencia es más notoria). Familias enteras esperando afuera mientras toman un café o su trago antes de que suene la «tercera llamada».

Después de una espera algo prolongada escuchando la plática en inglés de una parejita, trato de entrar al palco con mi cheve y me dicen que no puedo pasar. Hace un rato que no vengo al auditorio nacional, y se me olvida ese pequeño detalle. Me chingo mi cerveza en unos minutos antes de entrar y llego justo cuando está empezando Dave Matthews Band, o el hijo de Tom Hanks y Eddie Vedder como lo bauticé. Y es en buena onda, Dave refleja la calma y paz de Tom Hanks con una voz intensa como la de Eddie Vedder, e incluso por momentos tartamudea al interactuar con el público, como si le diera pena a pesar de los años de experiencia, lo que me recordó un poco a Forrest Gump.

Durante toda la velada tuvo interacción con la gente e hizo varios comentarios bastante curiosos. Por ejemplo; pidió disculpas por no hablar español a pesar de que su esposa e hijos sí lo hablan; Nos pidió consejo sobre nuestra «tecnología» para combatir al covid, y dijo que de alguna forma nosotros logramos «superarlo» más rápido (aunque noté cierto sarcasmo en esta parte pero no sé si por nosotros o por EU). También comentó que creía que tenía un «problema» con el alcohol, y que necesitaba un trago en ese momento, porque se ponía alegre y desinhibido. Y dijo que leyó en el NY Times acerca de los 50 mejores bares de Norteamérica, y al parecer varios estaban en la Ciudad de México. Todo esto entre un sube y baja de emociones, en dónde por momentos derrochaban virtuosismo y por otros se ponía muy romántico y melancólico bajando totalmente la intensidad al público, sin dejar de tener esa conexión.

Empieza con «Satellite», «Rapunzel,» «Madman’s eyes», «Louisiana bayou», «Virginia in the rain», «the Space between», «You & me», «#41», «Crash into me», «Come on come on», entre muchas más, regalando momentos de improvisación de todos los músicos, que personalmente, es lo más valioso para mi de este tipo de conciertos, pues no solo rompen con un solo playlist que tocan siempre en cada fecha que dan sin importar el país que piden, sino que además rompen la estructura de las rolas y nos regalan momentos únicos, que son los que valen, más allá de los vídeos mal grabados que subimos a Youtube.

He de admitir que conocía mínimamente a Dave Matthews Band y tenía la impresión de que era una banda para señores, pero el hecho de ser un señor me permitió disfrutar de este concierto jeje. No ya en serio, la buena vibra y la conexión que generó con la gente, me hizo quedarme hasta el encore ya pasadas las 11:30 de la noche.

La gente no se movió, prendió las lámparas de su celular, gritó, chifló y aplaudió hasta que la banda volvió a salir, tocó un par más de canciones para cerrar con «don’t drink the water» y se despidió de su público mexicano, que sin duda dejo en claro porque es uno de los más cálidos y valiosos del planeta.

 

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