Por: Amaury Berdejo

Durante sus primeras ediciones, el Vive Latino comenzó a crecer y a contener en cada una de sus ediciones un fuerte mensaje que iba más allá de la música: se trataba un momento de orgullo, de hermandad entre los amantes de la música y de un festival que como ningún otro anteriormente, congregaba el espíritu de diversas nacionalidades unidas por un idioma.

Con cada entrega, el festival fue creciendo hasta consolidarse como uno del más importante encuentro cultural y musical de Iberoamérica, por lo que el siguiente paso lógico era atravesar los océanos para seguir creciendo.

El pasado 2 y 3 de septiembre, finalmente, las fronteras desaparecieron, la música logró una vez más todo eso por lo que se ha luchado, soñado y anhelado. Zaragoza, España tuvo la oportunidad de vivir una experiencia que sólo Latinoamérica había tenido: el Festival Iberoamericano de Cultura Musical, Vive Latino, abrió sus puertas del otro lado del charco para comenzar una historia sin precedentes.

Aproximadamente 20 mil personas por día, 36 propuestas musicales y tres escenarios son las cifras que se recordarán de la primera edición del festival en España, un acontecimiento que dejó a todos los zaragozanos y demás asistentes, con una vivencia que seguro se rememorará como uno de los mejores festivales de toda Europa.

Sin duda Amaral, KASE.O y Leiva fueron los artistas de casa que cautivaron a todo el público en la primera edición de Vive Latino España, y las bandas mexicanas como Molotov y Café Tacvba, así como la cantante Ximena Sariñana, conquistaron la Expo Zaragoza con lo mejor de su repertorio. El agasajo de esta edición fue sin duda el espectáculo de lucha libre, un escenario donde todos los participantes del festival tuvieron oportunidad de presenciar a verdaderos gladiadores del rin; compartiendo la esencia y la pasión por uno de los deportes más populares de nuestro país.

La cereza en el pastel de esta fiesta del rock fue el anuncio de que las fechas confirmadas para el siguiente Vive Latino en México: 18 y 19 de marzo, donde la fiesta más grande del rock volverá a tomar las inmediaciones del Foro Sol para celebrar que las fronteras nuevamente han desaparecido y que la música es y seguirá siendo el lenguaje más universal.