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Enjambre conquista el Palacio de los Deportes: emociones, evolución y dos noches inolvidables

Por: Óscar Quintero
Fotos: OCESA / Liliana Estrada

El zumbido de la emoción ya se siente en la capital. Enjambre, la banda zacatecano-californiana que ha sabido tejer himnos emocionales entre guitarras nostálgicas y letras entrañables, se prepara para encender el Palacio de los Deportes los próximos 27 y 28 de junio, en lo que no solo serán dos conciertos memorables, sino el arranque de su «Daños Luz Tour» por todo México.

Durante una conferencia de prensa íntima y sincera, los integrantes de Enjambre compartieron con medios su entusiasmo y gratitud ante el sold out de ambas fechas en uno de los recintos más emblemáticos del país. “Es un privilegio arrancar esta gira desde la capital, y más en un espacio tan importante como el Palacio”, expresaron entre sonrisas y miradas cómplices.

Evolución emocional: nuevos sencillos, nuevas sensaciones

La banda habló de su necesidad constante de evolucionar, de no repetirse, de mantenerse fiel a sus raíces pero con la mente siempre en movimiento. Así llegaron canciones como “Juguete”, “Años Luz” y “Traumas”, tres sencillos recientes que funcionan como cápsulas emocionales distintas, pero unidas por el mismo ADN melódico de Enjambre: “Queremos equilibrar las emociones, hacer música que se sienta como una conversación interna, como un viaje”, compartieron.

Cada uno de estos temas, como admitieron, es una reflexión sobre los conflictos emocionales, los vínculos y las cicatrices que nos definen. Y esa honestidad, sin artificios, es justamente lo que ha conectado con una base de fans que no para de crecer.

El salón, el baile, el alma

En un momento especialmente emotivo, los músicos hablaron de cómo “Noches de Salón”, y los géneros que evocan esa época, han marcado su aprendizaje musical. El bolero, la balada, el danzón… todos esos ritmos siguen influyendo en su proceso creativo. “No se trata de copiar sonidos antiguos, sino de entender lo que provocaban en la gente y recrearlo desde nuestra visión”, explicaron.

Ese protagonismo del salón, de la música que se baila con el alma, estará muy presente en los conciertos. Porque para Enjambre, la música no solo se escucha: se habita.

Ternura generacional

Uno de los momentos más bonitos de la charla fue cuando la banda habló del cariño que reciben de fans de todas las edades. “Nos emociona ver a padres con sus hijos, o a hermanos de distintas generaciones cantando nuestras canciones. Es algo que nos genera mucha ternura”, dijeron. Y es que Enjambre no es solo una banda, es un lazo intergeneracional que une a las familias a través del poder de la música.

Dos noches, una promesa

Para quienes tengan ya su boleto, el mensaje fue claro: “Vamos a darlo todo”. Y para quienes aún sueñan con estar ahí, no hay más que decir: esta será una de esas noches que se cuentan, que se sienten, que se quedan.

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