Por Maggs L. Granados
Fotos: OCESA/José Jorge Carreón
Cuando escuchas el nuevo material de algún artista por primera vez, es casi un hecho que te quedas con la impresión de esa primera ocasión, misma que a veces no es del todo satisfactoria y algo así me sucedió con el nuevo material de Leonardo de Lozanne, requerí de darle la oportunidad en vivo para cambiar mi opinión y sería justo la noche de ayer el momento
perfecto para este experimento.
Como buena nerd que soy, intenté saber lo más que pude sobre la presentación: conocía los nombres y trayectorias de los invitados, escuché y busqué información sobre Adryanna Cauduro, quien se encargaría de preparar el terreno para la llegada de Leo al escenario del Lunario y, sobre todo, escuché mucha música nueva para mí, sonidos a los que no estoy
“acostumbrada” o con los que no estoy “familiarizada” del todo, pero traté de hacer muy bien la tarea.
Finalmente llegó la noche y el momento de ver a Adryanna y sobre todo de escucharla, acompañada por su hermano Vic Cauduro en las mezclas y teclados, ¡qué buena dupla!, con ella
no sólo en la voz, sino también en la guitarra, talento que demostraría aún más, minutos después junto a Leo. Orgullosamente mexicana, Adryanna nos mantuvo muy pendientes del
escenario con su sonido electrónico, pero fresco, pop, pero alterativo e incluso nos regaló la primicia de tocar por primera vez su tema “Sola”. Seguro que muy pronto sabremos más de ella.
Después de tan buena experiencia con la actuación de apertura, fuimos directo y sin más escalas al plato principal de la noche, Leo de Lozanne y su “Espacial Colonial”.
Se apagaron las luces se encendió la pantalla principal y ante imágenes y sonidos de las olas del mar sobre la playa, un silencio y la imagen creciente de un espiral “cósmico”, dieron la bienvenida a un Leonardo ataviado por un traje rosa/durazno, quien daría los primeros contoneos al cantar “De Negro a Gris”.
Como buen asistente a conciertos de esta época, sostenía el celular para grabar algún vídeo o capturar alguna foto y me perdía de detalles como cuando noté a la izquierda del escenario a una chica que bailaba y “cantaba” en lenguaje de señas, algo de lo que sólo había leído, no había podido ser testigo de una verdadera acción inclusiva como ésta, en ese momento sentí que estar ahí valía toda la pena del mundo, todo esto mientras se escuchaba la segunda canción “Alguien Como Yo”.
La noche ya nos regalaba momentos para recordar cuando Leonardo agradeció a la prensa todo el seguimiento a la presentación de este disco y hasta bromeó con el hecho de regalarles las mejores poses posibles y sin duda no mintió, ya que, acompañado por un par de bailarinas, nos demostró que es un buen bailarín al ritmo de “Lluvia de Fuego” y no se rían, claro que habían bailarinas y combinaban perfecto con la ocasión, en entrevistas anteriores él ya había mencionado cómo visualizaba ese momento, muy teatral.
La noche avanzaba y llegó el momento para recibir a su primer invitado, Christian Jean voz de Reyno, compañero y amigo de aventuras de Leo, juntos darían vida a “Fuerza”. Con Chris en la guitarra y miradas de complicidad, captaron por completo la atención del público. A este primer acto especial lo siguió “Si Me Dejas Ahora”, rola que, dicho por Leonardo, fue la primera que grabó como solista y de las más coreadas de la noche.
“Letras de Amor” fue la oportunidad para captar nuevamente nuestra atención con las imágenes proyectadas en la pantalla, fragmentos de la letra y palabras escritas en chino que te hacían pensar “qué mensaje subliminal estoy recibiendo”. Llegó así el turno de “El Mundo Bajo el Brazo”, canción principal de la película “La Vida Inmoral de la Pareja Ideal”, ganadora del premio Luminus a la Mejor Canción de una película mexicana, primera composición como solista de Leo y probablemente la chispa que inicio el deseo de explorar más allá en lo individual.
Capitulo 2
inicio el deseo de explorar más allá en lo individual. Leonardo hizo mención a que no había sido sencillo montar ese show, ya que se sabía que el material a presentar era de corta duración, tendrían que montar más canciones para poder dejar al respetable con un buen sabor de boca y pidió en más de un par de ocasiones, el reconocimiento para sus músicos que lograron estar al nivel de la noche en todo momento, con la música nueva y la no tan nueva.
Fue de esta manera que llegó “La Reina”, rola de su primer disco Series de Ficción, momento perfecto para que entrara en acción el segundo invitado, Daniel Gutiérrez vocalista de La Gusana Ciega, quien mencionó que era la primera vez que compartían un escenario y sería con “Mi Planeta Azul”, hija también del primer álbum y actuación que se llevó suspiros y gritos de la fanaticada.
Peligrosamente la noche se iba como agua, sonaba “El Otro Lado del Sol”, “No Usemos Ropa Hoy”, “Transparente”, todas ellas acompañadas por imágenes siderales y bailes festivos e inusuales, pero muy funcionales. Todo preparaba el camino para la llegada de la tercera invitada, a título personal, la más esperada de la noche, Denise Gutiérrez vocalista de Hello Seahorse, para en verdad deleitarnos con “Delicadamente”, momento que emocionó a todos los presentes con lo bien que sus voces fluían juntas, tanto así, que Leo dirá “ya la quiero volver
a grabar, pero con Denise”.
Para cerrar la noche llegó “No Existe” y finalmente “Polvo Cósmico”, que acompañada de un paseo estelar y las bailarinas que en ningún momento robaron cámara, pero sí acompañaron a la perfección a Leo, conjugarían todo lo que él quiso ofrecer esa noche. La gran banda que lo cobijó se lució, mención especial a que la batería y guitarra eran ejecutadas por mujeres talentosas y que brillaban con luz propia, al bajo siempre discreto, pero súper presente en cada nota y responsable de los arreglos de la noche. Se despidieron con la ovación del público que
pedía y esperaba una actuación más, probablemente lo que algunos estuvieron pidiendo toda la noche, una rola de Fobia, pero no fue así, “Polvo Cósmico” fue lo último que escuchamos y se
acabó el encanto, se encendieron las luces y la gente empezó a abandonar el recinto.
Nuevamente a título personal, creo que la decisión de no tocar ninguna canción de Fobia fue la más acertada, más aún cuando quieres que la gente te reconozca por tu trabajo individual y no
porque guarda la esperanza de escuchar tu pasado colectivo. Sin duda, ahora puedo recomendar que escuchen su material, que le den una oportunidad sobre todo si es en vivo, porque en vivo, se vive mejor.