Por: Óscar Quintero
Con la energía vibrante que la caracteriza, Elis Paprika se presentó ante los medios para compartir un momento íntimo, pero poderoso: el lanzamiento de su nuevo LP Vengo del futuro y no hay futuro, un trabajo que no solo representa una evolución sonora, sino también una declaración de principios.
Durante la conferencia, la cantante tapatía no escatimó en emociones. “Me hubiera encantado tener referentes femeninas mexicanas cuando empecé en el rock”, confesó con franqueza. Hoy, más que nunca, entiende que su camino ha servido para abrir espacios y encender el motor de otras mujeres que buscan expresarse a través de la música. “No se trata de criticar, se trata de crear. Hay que cambiar el chip”, aseguró.
Y vaya que lo está haciendo. Con una gira internacional en el radar que abarcará Japón, Corea, Alemania, Suiza, Canadá y por supuesto México, Elis planea expandir su música a públicos diversos, sin importar edades ni fronteras. Wake Up y En una canción apasionada son algunas de las piezas con las que buscará conectar desde la emoción, el dolor y la sanación.
Para ella, el rock ha sido un canal para curar heridas, pero también para construir puentes. “Me gusta que mi música pueda servir para que más morras se animen a salir, a cantar lo que sienten, a componer sin miedo. Necesitamos más música nueva, más voces femeninas gritando lo que tienen dentro”, afirmó.
Con una sonrisa franca y un discurso sólido, Elis también compartió el motor ideológico que la impulsa: “Todo lo que hago es para que las que vienen detrás tengan una lucha más ligera que la que yo viví. Ese es mi granito de arena, mi forma de acompañar a otras mujeres”, dijo, reafirmando su compromiso feminista.
Elis Paprika no solo canta: inspira, grita, lucha y transforma. Y su música, al igual que su mensaje, sigue resonando cada vez más fuerte.
