Nota por: Shaday Silva Monroy
Fotos por: Lulú Urdapilleta y César Vicuña / Cortesía

Hace quince años Café Tacvba llegaba al Palacio de los Deportes en “calabaza” para celebrar sus quince años de carrera con un concierto que muchos aún no olvidamos. No supimos cómo pasó tan rápido el tiempo, pero anoche, con el doble de trayectoria, en un lugar doblemente más grande, con mucho más del doble de asistentes que aquella vez, y muchas más canciones en su repertorio, pero con la misma energía que los caracteriza, Café Tacvba celebró 30 años de vida con un concierto que como siempre: no defraudó, dejando claro el porqué de su trayectoria.

El boleto decía 9:00 p.m., pero desde las 6.30 ya se veía llegar a la banda con sus playeras de los treinta años o sus gorros “Gallo Gass”. Lo primerito en atascarse fue General A, donde la gente llegaba corriendo para estar lo más adelante posible y comprimirse sin dejar espacio alguno, para ocupar los primeros lugares.

Quienes llegaron temprano pudieron escuchar resonar el himno feminista de “Un violador en tu camino”, coreado por un grupo de mujeres que desde el escenario invitaron a los presentes a unirse a exigir un alto a la violencia de género. “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía…” coreaban los presentes.

Eran las 9:00pm y ya se escuchaban los gritos y chiflidos ansiosos de la gente queriendo que la banda apareciera. A las 9:29 se apagaron las luces y el Foro Sol se iluminó con las pantallas de los celulares; y de repente, de entre los gritos de “aguas, refrescos y cervezas” y “olé, olé, olé, olé, Café…. caféeee”, aparecieron Meme, Quique, Joselo, y se escuchó la voz de Rubén Albarrán cantando “Seguir siendo”, seguida de “Tengo todo” y “Cero y uno”.

“¡Llegamos a los 30 muchachos!”, gritó Albarrán, y la gente aplaudió y gritó descontrolada porque ¡wow!, no cualquier banda puede darse el lujo de celebrar una carrera tan larga con dos unplugged, más de 9 discos y giras por el mundo en países que ni siquiera hablan español.

“Vamos a empezar con las viejitas”, dijo Rubén, y los gritos no se hicieron esperar porque los fans from hell sabían lo que venía: taconazo duro y una ola de recuerdos chidos de sus primeros discos.

Así que seguido a eso, alrededor de sesenta mil personas no dejaron de corear canciones como “Debajo del mar”, “Labios jaguar”, “Trópico de cáncer”, “Ixtepec”; y vibrar con “La 11”, “La 2” y “Revés”, que fueron como un ojo remi para los más chavorucos,

“Gracias a la vida”, de Mercedes Sosa, sonó con mucho sentimiento y no era de extrañarse que mucho más de uno se la supiera y la cantó con el corazón.

Luego, llegó la sorpresa de la noche, porque obviamente no se llega al tercer piso sin invitados de lujo. Señoras y señores, desde Chile: ¡¡¡“Los Tres”!!!! ¡Uffff!, cómo no gritar de emoción si con varias de sus canciones Cafeta nos ha hecho bailar como lo hizo anoche con “Déjate caer” (imposible no saberse la coreografía y sonreír cada vez que ellos la hacen, y si has visto el video, imaginarte en la Torre Mayor a medio construir disfrutando la vista de la Ciudad); “Tírate”, y ¡yaaay!, “Los Tres” se echaron su versión original de “Amor violento” y luego “La Torre de Babel”.

Muchos pensábamos, “pérense no se vayan, falta “Olor a gas”!!… pero quedaron a debérnosla, y se fueron, y pues gracias Cafeta y Los Tres por tan bonitos momentos.

Y más gracias por la vibra que crearon cuando se escuchó “Ojalá que llueva café”, y el Foro Sol retumbó en gritos y baile y canto y eso se volvió una fiesta que ya no paró porque le siguieron rolas como “Puntos cardinales”, la “Chilanga banda” (uffffff), “El fin de la infancia” y la “Chica banda”, que Rubén cantó junto a su hijo.

“Paparupapa eu eooo”… empezó a corear la gente, y los Tacubos no tardaron en cantarla y ponerle la piel chinita a más de uno junto con otras canciones como “El espacio”, “Encantamiento inútil”, “Eres” y “Quiero ver”, pero la noche definitivamente se la llevó “Ingrata”, rola que cantaron junto con Andrea Echeverri, y a la que le cambiaron la letra (como habían prometido), debido a su contenido violento contra la mujer, (letra que hasta ahora sigue levantando sentimientos encontrados y comentarios positivos y negativos porqué… pues porqué México), de modo que cerraron la celebración de sus 30 años levantando la voz con: “Ingrato, no me importa si me quieres, vale madre si me dejas, vengo a romper tu espada, a mandarte a la chingadaa… ingratooo, porque soy independiente, porque no te necesito, no soy tu media costilla, es respeto lo que exijo, ingratooo, como madre yo reclamo: ni una más es lo que pido, ningún macho abusivo, violará a una chava, que la violencia se desaparezca, la tolerancia sea la banderaaa”.

Y dijeron adiós y ondeaban sus manos y la gente seguía prendida, pero ahora sí ya se había terminado y pues… esperamos verlos en el cincuenta aniversario.

¡Gracias Tacvbos por su vibra!

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