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Aterciopelados alista un ritual sonoro en La Maraka: entre inteligencia artificial y pura buena vibra

Por: Óscar Quintero 

Aterciopelados puede hacer que eso suene a plan perfecto. La legendaria banda colombiana del rock alternativo, encabezada por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, se prepara para tomar La Maraka el próximo 20 de junio, y lo hará con un show tan íntimo y cercano que, como dijeron entre risas en conferencia de prensa: “nos vamos a ver hasta los poros”.

Durante el encuentro con medios, la dupla no solo dejó claro que su espíritu sigue más vigente que nunca, sino que también mostraron que la conexión con su público será el corazón del espectáculo. “Queremos que la gente sienta el calorcito, el mensaje, la buena onda. Que salgan con el alma ligera”, compartió Andrea, fiel a su estilo entre lo poético y lo combativo.

Después de su paso vibrante por el Vive Latino, donde el público mexicano los recibió con los brazos —y oídos— bien abiertos, Aterciopelados regresa con una propuesta escénica que mezcla lo más humano con lo más futurista: desde visuales creados con inteligencia artificial hasta detalles nacidos de la inteligencia artesanal, como ellos la llaman. La fusión, explicaron, es su forma de narrar el presente sin perder la esencia de lo orgánico, lo real, lo que se siente en el cuerpo y en el corazón.

“No se trata solo de tocar canciones, sino de generar un espacio de libertad, donde a pesar del caos cotidiano podamos respirar, gritar, bailar y encontrar un momento de paz con música que dice algo”, añadió Héctor.

El concierto en La Maraka promete ser un viaje por sus himnos clásicos, nuevos experimentos visuales y ese discurso feminista, ecologista y rebelde que ha hecho de Aterciopelados una voz indispensable en América Latina desde que nacieron como Delia y los Aminoácidos en 1990, hasta transformarse en el fenómeno que hoy celebramos.

Así que prepárate para una noche de arte, activismo, música poderosa… y sí, probablemente inteligencia emocional. Porque con Aterciopelados, lo íntimo es político, lo artesanal es revolucionario y el rock es una forma de resistencia con ritmo, mensaje y alma.