Endorfina Cultural

La adicción que necesitas

la noche inolvidable de Mora en CDMX

Por: Mara Palacios
Fotos: OCESA / Laura Villegas 

La noche del 29 de agosto, la Ciudad de México vibró al ritmo urbano cuando Mora hizo su regreso triunfal al Palacio de los Deportes. Con el recinto envuelto en emociones, se alzó un cubo luminoso que proyectaba su más reciente temática visual: el escenario se transformó en un templo sonoro para miles de almas jóvenes. Desde que entonó “Lo mismo de siempre”, una poderosa ola de energía recorrió el Domo de Cobre, y el público no tardó en responder con coros, saltos y un entusiasmo colectivo.

El espectáculo fue una mezcla cautivadora de audacia y emoción íntima. Mora alternó clásicos cargados de movimiento como “Bandida”, “Aurora”, “De paquete” o “Otra noche sin dormir”, con temas confesionales como “Más que algo” y “Dónde se aprende a querer?”. Cada cambio de ritmo estaba acompañado por una producción audiovisual imponente: llamas, haces de luz, pantallas LED transformadas en vivo y bailarines que aumentaban la intensidad escénica, aunque sin opacar la presencia sonora del artista.

Un momento que quedará marcado en la memoria colectiva ocurrió durante “Modelito”. Mora pidió silencio absoluto, bajó el micrófono y permitió que el público entonara la canción a capela mientras alzaba un vaso. Ese instante de conexión comunitaria estalló segundos después con pirotecnia en todo el recinto, elevando la emoción a niveles épicos.

La velada continuó con éxitos como “tuyo”, “Domingo de bote”, “Memorias” ,”La inocente”, y para cerrar, “Detrás de tu alma”, mientras miles de celulares iluminaban el espacio como estrellas suspendidas y culminaban en un aplauso lleno de gratitud.

El concierto no solo confirmó la dimensión artística de Mora, sino también su capacidad para crear comunidad a través de su música. Desde la fuerza visual del espectáculo hasta la intimidad de las letras, supo hacer vibrar a la Ciudad de México de principio a fin. El balance entre la fiesta urbana y la confesión emocional, con producción de primer nivel y momentos que se sintieron como ritual, consolidaron esa noche como una de las cimas del género urbano en 2025.

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