Endorfina Cultural

La adicción que necesitas

OKILLS enciende La terraza de Playhaus y prepara la fiesta de los 10 añosde «América Supersónica»

Por: Paulina Sánchez 

La terraza de Playhaus fue testigo de un momento que difícilmente podrá repetirse con la misma intensidad. Okills, la banda venezolana que ha sabido transformar el indie rock en un ritual festivo con matices tropicales, ofreció un concierto silente que más que un espectáculo, fue un respiro compartido. Allí, en medio de luces suaves y un silencio casi sagrado, emergieron canciones como Asesina, Lo mejor lo peor, No te emociones, La mudanza y Sigo sin pensar en ti, convertidas en confesiones íntimas que flotaban entre los asistentes como si cada acorde se tejiera con la respiración de todos.

Ese preludio marca la antesala de un momento histórico: el próximo 5 de octubre en el Foro Indie Rocks, Okills celebrará el décimo aniversario de América Supersónica, el disco que en 2015 les abrió las puertas de una nueva vida en México y que, con sus guitarras frescas y su vibra indie festiva, redefinió los caminos del pop rock latino. Será una noche donde el indie rock brillará en su máxima expresión: irreverente, diverso, profundamente humano. “Esta gira es una fiesta en movimiento y un agradecimiento por estos 10 años; queremos que cada ciudad viva una noche distinta, con mucha música, cercanía y sorpresa”, compartió la banda ante los medios, subrayando que en el Indie Rocks se escuchará el álbum de principio a fin, como una cápsula de tiempo que se abre para revivir una época y proyectar el futuro.

El Indie Rocks, epicentro de la escena independiente en la Ciudad de México, se transformará en un templo de guitarras y memorias colectivas, donde el indie rock demostrará por qué ha sido la voz de generaciones que encuentran en la independencia una forma de resistencia cultural.

Cuando las luces del Foro Indie Rocks se enciendan el 5 de octubre, no será solamente la celebración de un disco que cumple diez años, sino el renacimiento de un espíritu. Lo que se vivió en Playhaus fue la prueba de que Okills no solo tiene historia: tiene futuro.