Nota por: Ángel Santillán

Formados en 2013, La sociedad de la sombrilla no se ha quedado callada un solo segundo desde la publicación de “Mamá”, mira lo que hice de 2015. Con una trayectoria estable y un sonido que bebe lo mismo de las letras de Cerati como la estruendosa persona de Royal Blood, este acto bogotano tiene entre sus manos uno de los proyectos más enérgicos del rock local, presentándose en importantes tarimas como el Circo del Cónsul y haciendo parte activa del circuito de bares de rock de la capital, dándolo todo en cada una de sus presentaciones, revitalizando a cualquier incauto que podría compartir esa visión que, en aras de intentar ser moderna se está volviendo arcaica a fuerza de repetición, quiere convencernos que el rock está muerto.

Ahora, constituida como un dúo por Juan Pablo Cortés y Nicolás Gutiérrez, la banda ha empezado a mostrar una nueva faceta sonora para su próximo disco, que irá revelando a lo largo del año, y que los encuentra fascinados por la ciencia ficción y los sonidos digitales.

A finales de 2020, atraídos por la música electrónica y las narrativas de la ciencia ficción, La sociedad de la sombrilla entró al estudio de grabación para explorar sus nuevos intereses en un disco. “La máquina moral” es la primera prueba de esto y bebe de la influencia “orwelliana” para construir un relato sobre la disciplina y la vigilancia, sobre la biopolítica de los cuerpos y la determinación del individuo como engranaje de una máquina más grande que lo excede y lo desindividualiza en su diferencia.

“La máquina moral” parte de una reflexión tomada de 1984, uno de los clásicos de la ciencia ficción en la que la Historia y la Verdad son relativas al régimen que las esgrime. Así, en un ejercicio de dinámica “foucaultiana”, la sociedad se construye sobre relatos y datos falsos que emite el gobierno en curso. A la luz de la pandemia moral cabe preguntarse por las implicaciones que estas dinámicas tienen en el ejercicio disciplinario de la biopolítica, es decir, de qué manera nuestros cuerpos sanos y enfermos colindan en el marco de un cuerpo social que “propende” por el bienestar definitivo de su entorno. ¿Qué cuerpos son sacrificados por el bien mayor y cuáles preservamos para la posteridad? Con la llegada de la cantidad irrisoria del primer lote de vacunas al país, solo nos queda preguntarnos de qué manera la maquinaria estatal funciona en detrimento de nuestra propia individualidad. “La máquina moral” es una respuesta circunstancial a este fenómeno y una exploración sonora por nuevas lindes para La sociedad de la sombrilla. Desconéctense de este engranaje de falacias y conozcan lo nuevo del dúo bogotano.