Nota por: Amaury Berdejo

La banda de electro rock mexicana radicada en Hong Kohg, Deer, presentó una live sesión muy especial el sábado 11 de julio, que contó con un performance Shibari, (técnica de erotismo oriental a base de ataduras), desde el perfil de Facebook de Comal MX.

La idea de realizar esta sesión surgió como una propuesta que el cineasta The Hong Kong Fixer, quién ha dirigido gran parte de la videografía de Deer, le hizo al dueto luego de conocer a la artista Shibari, Rika Avaem; y al ver que esta técnica mostraba una intimidad inigualable, pero también a una escultura viviente expuesta; los inspiró a darle sonido y acompañarlos en una sesión.

Deer interpretó cuatro temas de su más reciente disco There’s No Future mientras Rika realiza la técnica del Shibari con la modelo oriental Ashley. Todos se encuentran en un amplio pasillo. Los temas interpretados son “There’s No Future”, “Wailing Wood”, “Bitting A Spectrum y Dead Souls”.

Si bien este disco fue lanzado en 2019, para esta sesión han decidido incorporar el performance Shibari para mostrar un lado distinto, más profundo de las canciones; pero no como nuevas versiones sino como parte de un universo donde la acción artística y la música convergen.

Shibari (縛り) es literalmente traducido del japonés como un sustantivo, atado/atadura. La palabra no tiene ninguna connotación erótica; sin embargo, algunos señalan que se ha popularizado por el mal uso del japonés, ya que en realidad algunos practicantes designan el arte de la atadura erótica como Kinbaku (緊縛), que es su sinónimo, pero con carga sexual.

El Shibari o Kinbaku es practicado en Hong Kong por una comunidad selecta y subterránea, todavía es mal visto y calificado como reprobable en la sociedad. A los extranjeros, por ser una minoría extraña en su entorno, se les permite tener excentricidades como esas, como no son locales se piensa que tienen otras costumbres, mientras que entre la comunidad china se sigue excluyendo a quienes acepten abiertamente ser parte de ésta y otras prácticas que no se ajusten a las reglas de lo “normal”.

A diferencia del erotismo occidental, oriente lo hace menos curvilíneo, se vale menos de la inmensidad de unos pechos de silicona y nos muestra esos frágiles cuerpos en una telaraña de emociones, a veces flotando incómodamente como presas de sus propios sentimientos, pero bajo ninguna circunstancia es una expresión de sometimiento que lleve a la violencia de género. Es una acción artística que busca generar una reacción, en ocasiones con la ayuda de la improvisación y el sentido de la estética.